Capítulo 46
Al
día siguiente, cada uno se fue a sus respectivos trabajos. Ambos hablaron para
intentar seguir con sus vidas normales y Peter le aseguró que no se preocupara,
que confiara en él en que pronto acabaría todo. Los días transcurrieron
normales, entresemana ellos se veían cuando volvían de trabajar. Peter estaba
en el trabajo cuando recibió un mensaje. Lo leyó y entonces se puso serio.
-<<Vamos
allá>> dijo para sí mismo.
-Lucas-fue
a hablar con su jefe-tengo que salir antes, por el tema que estuvimos
hablando-Lucas hizo una cara de sorpresa.
-Ah,
de acuerdo, no te preocupes. Todo bien. Pero cuídate, amigo-Peter asintió,
agarró sus cosas y salió del trabajo. Se metió un chicle en la boca y fue hacia
su casa, tranquilo. Lali todavía tardaría un par de horas en ir a casa. Él
abrió y dejó las llaves, entonces se puso a hacer cosas.
-Hola
Peter-se escuchó una voz masculina desde la otra habitación. Era Benjamín.
-¿Co-cómo
has entrado aquí?
-La
puerta está cerrada, pero tenéis ventanas. Tan sólo hay que ser un poco listo,
si estáis en casa no conectáis la alarma.
-¿Qué
quieres?-Benjamín soltó una carcajada.
-Tú
sabes muy bien lo que quiero-Peter retrocedió un par de pasos y Benjamín sonrió
de nuevo.
Veinte
minutos después, la casa de Peter y Lali estaba rodeada de coches de policías y
una ambulancia. Lali llegó a su calle, aparcó el coche y se llevó la mano a la
boca al ver la situación. Los ojos se le cristalizaron y el corazón se le
aceleró. Había varias personas mirando y el perímetro de su casa estaba
vallado. Sin dudarlo un momento se metió por debajo de la valla y un Policía la
detuvo.
-¡Es
mi casa! ¡Y mi marido!-el policía la soltó y entonces Lali vio salir a Peter,
mientras charlaba con un policía.
-Oh,
dios mío-susurró con apenas un hilo de voz y se tiró a sus brazos-Peter también
la abrazó con fuerza.
-¿Qué
ha pasado? Me avisó mi jefa de que tenía rodeada la casa de policías Peter,
casi me muero-se percibía la angustia en su voz, estaba al borde del llanto.
-Todo
ha acabado mi amor-le sonrió, aliviado. Entonces aparecieron Eugenia y Pablo
con la misma cara de angustia que tenía Lali. Al verlos fueron rápidamente a
abrazarlos. A Lali le llamó su madre, preocupada, también había salido en las
noticias. Pero lo cierto es que Lali todavía no sabía lo que había ocurrido.
Peter
agarró a Lali de la mano, y sus amigos lo siguieron.
-Mi
amor, este es mi amigo Marcos, el jefe de policía de Forks que te conté-lo
presenta-el día que te viste con Benjamín, que yo más tarde me fui de casa, fui
a hablar con él y le conté que Benjamín nos seguía a todas partes, que te amenazó,
todo lo que te hacía a ti, le conté todo…
y al no tener pruebas, si hubiera sido cualquier otro policía no hubiera
hecho nada por mí, pero Marcos me creyó y estuvieron observándolo. Hoy me envió
un mensaje diciéndome que llevaba todo el día siguiéndome y observándome, así
que salí del trabajo antes y fui a casa porque sabía que tú ibas a tardar,
quería que al fin reaccionara, que hiciera algo para que pudieran meter mano en
el asunto-Marcos asintió.
-Así
es, estuvimos observando cuando Peter entró a la casa. En primer lugar-dijo
contando con la mano-eso ya es allanamiento de morada, delito castigado por la
ley. Después, nos quedamos observando que hacía, a esperas de intervenir, y se
le lanzó a Peter al cuello, intentó golpearle varias veces, y entonces sacó una
pistola, y ahí intervenimos. Pudimos observar que no se lo esperaba, así que se
asustó y disparó a la pierna de un
policía, por lo que ahí observamos ya más de dos delitos penales. Al ir armado,
entraron más refuerzos y finalmente soltó la pistola, después de que le disparáramos,
pero la bala le dio en el hombro así que simplemente está herido de gravedad,
pero sobrevivirá.
-Pero…
¿se le castigará no?-preguntó Euge.
-Por
supuesto, Peter es mi amigo y me fío de su palabra-continuó Marcos- así que por
lo que me contó esto ya viene de hace tiempo y ese hombre no es la primera
maldad que ha hecho. He hablado con las autoridades de Houston, que es de donde
es él y ya habían recibido más quejas de él. Hemos acordado que pase en prisión
veinte años, tendrá la entrada prohibida en Forks y tendrá una orden de
alejamiento hacia Lali y Peter. Ese tío no se os volverá a acercar.
A Lali se le
iluminó el rostro y abrazó a Peter, por fin, por primera vez en años, se sentía
libre, liberada, totalmente liberada de esa carga que Benjamín suponía para
ella, ahora sabía que podrían vivir en paz.