martes, 8 de octubre de 2013

Capítulo 30



NOVELA: "SER DIFERENTE"
CAPÍTULO 30: "Entre la vida y la muerte"


Me desplomé en el piso. Tuve que pegarme con algo al caer y hacer bastante ruido, porque pronto aparecieron mis compañeros de trabajo y escuché como pedían llamar a una ambulancia. No sabía que me pasaba, pero no podía levantarme, me dolía mucho el pecho. Recuerdo que me trasladaron a una ambulancia, me ponían una mascarilla de oxígeno y las palabras del hombre que me atendió: "es un infarto". 
¿Un infarto? Era muy joven para que me agarrara un infarto, jamás me había agarrado uno. Comencé a perder la consciencia, pero por dentro mía, mi cabeza seguía en marcha.

Cuando tenía 15 años, un fantasma intentó hacerme daño. Recuerdo que estaba enojado, muy enojado e intentó ahogarme por la noche, me tiraba del pelo e intentó provocar un accidente en algunas ocasiones. Más veces me ha pasado que un fantasma intentó hacerme daño, pero no de la manera que me lo había hecho Caridad, nunca me habían hecho ese tipo de daño. Y esque nada me duele tanto como que sea alguna cosa de mi familia. Inconsciente, me pareció escuchar la voz de mi madre, la de Can, incluso la de Peter, pero no sabía lo que era real y lo que no.

Me encontraba en un lugar donde no había nada, ni árboles, ni casas, ni autos, ni carreteras, ni personas, ni muebles. Todo era luz, no había nada más. Caminé hacia adelante, y entonces alguien me impidió el paso, era mi padre.

-¿Estoy muerta?-fue lo primero que me salió preguntarle
-No mi amor, no lo estás. Pero estás apunto de hacerlo, por acá no tienes que venir, este no es tu lugar. Tienes que vivir.
-Y... y ¿qué hago?
-Buscar la salida-y comencé a buscar con la mirada algo, aunque no sabía que.
-No, así no. Con el corazón-me puso la mano en el pecho.-Tienes que querer volver con todas tus fuerzas, piensa en todo lo que tienes, en todo lo lindo de tu vida, en todo lo lindo que te queda por vivir. La mayoría de las personas nunca vuelven porque no encuentran suficientes motivos por los que seguir viviendo.
-¿Entonces vos no volviste porque no encontraste suficientes motivos?-él negó con la cabeza
-Lo mío fue distinto, yo morí al instante, vos seguís viva, muy grave pero viva. Tienes la opción de volver ahí.
-Pero... si puedo volver yo, vos también. Vuelve conmigo papá-le agarré la mano para tirar de él y volvió a negar con al cabeza.
-Yo ya no puedo, Lali. Pero vos tienes que volver, dale.
-No quiero irme sin vos-yo ya estaba llorando.
-Tienes que hacerlo, por mamá, por Nico, por tus amigos, por Peter, por tu vida hija... tienes que volver, ellos te aman y te están esperando-yo suspiré con los ojos cerrados, intentando concentrarme..
-Dale mi amor-me agarró fuerte la mano- Acuérdate de los veranos en Punta Cana, del viaje a Nueva York, de nuestras tardes de cine... Tienes que casarte, tener hijos con Peter, darle nietos a tu mamá, cuidar de Nico, todavía te quedan muchas fiestas... ¡dale!
Intenté visualizar todo lo que me decía mi padre, y no pude evitar que una sonrisa se me escapara. Poco a poco comencé a perderlo de vista, mientras algunas lágrimas caían por mi rostro me iba alejando de él, mientras me gritaba que me quería. Y entonces, como si nunca hubiera estado en otro lugar, comencé a abrir los ojos. Me encontraba en una camilla del hospital y la luz me cegaba un poco, estaba sola, sólo habían más pacientes a mi alrededor y un médico. En cuanto me vio despertar, se acercó a mí, miró mis pulsaciones y sonrió.

-Te pusiste bien, campeona.

Salió para fuera, y vi como entraba Peter corriendo, tenía los ojos rojos e hinchados.

-Te amo-me susurró mientras me besaba la frente. Todavía no sabía ciertamente qué era real, me encontraba algo drogada por la morfina, sin saber muy bien todavía que estaba pasando, pero sabía una cosa: me había salvado de una muy grosa, y fue gracias a alguien que me cuida incluso estando muy lejos. 

Y esque un padre es mucho más importante de lo que uno piensa, porque las palabras de un padre, su mirada, vive en nosotros. Es como que los padres te dan una caja de herramientas, si vos tenés un problema, metés la mano en esa caja y sacás la herramienta que necesitás para arreglarlo. Porque un padre nos da eso, nos da armas para pararnos, para pelear por un lugar. Y cuando dejas de pelearla, te morís, te caes, te vas. Lo que te mantiene vivo no es ganar, sino pelear. La pelea perdida, es la que no peleaste. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. No está muerto quien pelea. Tal vez te cruzaron un cross de derecha, te hicieron sangrar, llorar, pero hay que seguir peleándola, hasta el final. La única forma de aprender a pelear, es peleando, es no rendirse jamás. Rendirse es mirar la pelea desde afuera, ver como otro pelea esa pelea que es nuestra. Pelearla hasta el final, hasta el último round. 

Pocas cosas me enseñó mi papá, pero grosas, me enseñó que el ring nunca se abandona, nunca se tira la toalla, y se pelea con garra, hasta el último round...

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El texto final es del cap de Casi Ángeles en que Mar está muriendo, me encantaJ
POR CIERTO, ALGUIEN SABE PORQUE EN TOOODOS LOS CAPS ME SALE UN TROZO DE TEXTO EN BLANCO, COMO SUBRAYADO? Me pone nerviosa y no se quitarlo jajaja
Que tengan lindo día, beso!!