Peter
y Euge salieron de casa con prisas.
-¿Y?
¿Por dónde buscamos?
-¿Qué
te parece si vas tú por allá con el coche y yo a pie por aquí? Si la
encuentras, llámame-musitó Peter.
-De
acuerdo. Te digo lo mismo.
Peter
comenzó a caminar, cuando ya comenzaba a estar cansado, la vio. Iba unos metros
por delante de él. Caminaba lentamente, casi arrastrando los pies y mantenía la
vista en el suelo.
-¡Lali!-gritó
y ella se giró. Ya no llevaba maquillaje,
ni tampoco iba vestida como ayer. Llevaba unos vaqueros, unas converse blancas
y un abrigo negro. Llevaba el pelo recogido en una cola mal hecha y podían
observarse unos leves círculos oscuros alrededor de sus ojos Peter corrió hacia
ella. Ella lo vio y casi automáticamente, lo abrazó.
-¿Qué
ha pasado? ¿Dónde te habías metido? Euge y yo estábamos preocupados-la apartó
de su cuerpo después de abrazarla, para poder mirarla a la cara. Tenía los ojos
vidriosos.- ¿E-estás bien? ¿te ha pasado algo?
-Estoy
bien-respondió ella apenas con un hilo de voz. Peter cada vez estaba más
preocupado.
-Estás
helada- la abrazó por los hombros y se los frotó, intentando que entrara en
calor-vamos a casa, te prepararé algo caliente y me cuentas.
Le
envió un mensaje a Eugenia, y ella en menos de dos minutos ya estaba en la
puerta de su casa. Cuando Peter se acercó con Lali, su amiga corrió hacia ella
y la abrazó.
-¿Dónde
te habías metido? ¡me he levantado y ya no estabas! ¿sabes el susto que me has
dado?
-Lo
siento-la miró y esbozó una sonrisa forzada.
Una
vez en casa, Peter cogió unos calcetines gordos de Lali y se los puso en el
pie, encima de los que ya llevaba, le quitó un abrigo y le puso una manta por
encima. Mientras, su amiga le preparaba un chocolate caliente, que sabía que le
encantaban. Se sentaron con ella en el sofá.
-¿La?-preguntó
Euge, con un poco de miedo a la reacción de Lali. Ella bebió un sorbo de
chocolate caliente y respiró hondo.
-Cuando
Euge y yo nos volvimos de estar con vosotros, vi desde el coche a Benjamín,
otra vez-Peter apretó los puños, que se volvieron blancos debido a la fuerza
con la que los apretaba. Estaba a punto de estallar de rabia, de salir ahí
fuera y no parar hasta encontrarlo, y entonces asegurarse de que no los
molestara más-no podía dejar de pensar en ello, sabéis como soy con ese tema, y
nos observa constantemente, como si fuera un… psicópata o algo así. Me puse a
pensar en el correo que me envió y que leíste tú-se dirigió hacia Peter y él
negó con la cabeza, imaginando donde había estado.
-Le
envié uno diciéndole que quería hablar con él-continuó Lali-seguramente sabría
que Peter a esas horas no estaba, porque me contestó enseguida y me dijo de
vernos en ese momento. Por lo que me contestó también sabía que yo le hablaría
al final.
-Todo
el que te conoce lo sabía-añade Euge.
-¿Te
ha hecho algo?-preguntó Peter, serio, podía notarse su dolor al preguntarlo. Su
desesperación. Lali negó con la cabeza.
-No
me ha tocado, tranquilo.
Cuando Lali llegó al parque, no vio a
Benjamín, así que se quedó parada, esperando a que apareciera. Sopesó la idea
por unos segundos de quedarse o echar a
correr, ahora que todavía podía y observando apenas había gente en la calle,
pero entonces apareció por detrás.
-Bu-le susurró al oído y ella se
sobresaltó.
-Hola-intentó sonreír mostrando cara de
amabilidad, pero más bien le salió una cara como cuando muerdes un limón.
-Lalita, Lalita… como has crecido en tan
poco tiempo, hace nada todavía íbamos haciendo locuras como un par de jóvenes
enamorados y ahora estás casada y esperando ser madre.
-La gente cambia, aunque al parecer no
toda-lo miró fijamente.
-¿Nos sentamos en ese banco? ¿Te
parece?-Ambos se sentaron y él la miró.-¿Cómo te va todo?
-¿Qué quieres?-preguntó Lali, elevando
su tono de voz, quizá más de lo que quería.
-¿Cómo? No entiendo la pregunta.
-Sí la entiendes, ¿por qué no nos dejas
en paz? Venir a Forks, en primer lugar, no finjas que no lo has hecho porque
estamos nosotros. Quedarte a vivir aquí y no dejar de vigilarnos, ¿qué buscas
Benjamín, qué demonios quieres conseguir?
-Oh-musitó- ahora sí te has explicado
bien. En ese caso, te quiero a ti, no te he olvidado ni jamás te voy a olvidar,
porque eres el amor de mi vida, y no me importa que estés casada ni que vayas a
tener hijos, no voy a rendirme tan fácilmente, y que sepas que jamás, voy a
amar a nadie como te amo a ti.
-¿Y qué piensas hacer? ¿Piensas
obligarme a estar contigo?
-No voy a obligarte. Si no quieres estar
conmigo, lo respeto. Pero entonces tampoco estarás con nadie-Lali hizo una
mueca.
-Estás enfermo.
-De amor, Lali.
-¿No ves que llegas un poco tarde?
Estamos casados, vivimos juntos y vamos a ser padres, ya estoy con él, y voy a
estar siempre, tenlo claro.
-Eso ya lo veremos-Lali se levantó del
banco-pensaba hacer las cosas de otra manera, pero me lo has puesto en bandeja,
así que te lo pediré por las buenas: si no quieres que le pase nada malo,
déjalo-al oír esas palabras, las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de
Lali.
-Por favor, déjanos en paz. ¡Soy feliz,
él me hace feliz! algo que tú nunca has conseguido ni conseguirás…-dijo con más
amargura de la que quería-si tanto me amaras como dices me dejarías ser feliz.
Yo lo amo…-Benjamín se puso en pie y Lali retrocedió un paso.
-Lo amas… ¿y cuánto lo amas? Dime, ¿lo
amas lo suficiente como para morir con él, lo suficiente como para MATAR por
él?-puso énfasis en esa palabra y sacó una pequeña pistola que tenía guardada,
entregándosela- ¿estarías dispuesta a matar al hombre que te impide estar con
él sólo para estar juntos?-Benjamín pegó su pecho a la pistola que sujetaba
Lali en alto, apuntándole-adelante, hazlo.
Ay Lali y su que ella sola se mete en líos!!!!
ResponderEliminarQue que?!!!!
Lo haría?!!! O dejará a Peter?!!!
Ojala y todo salga bien
K ni le de bola.
ResponderEliminarPeter es criminalista y ella su profesora también criminalista,deberían saber como salir d esa situación ,y Lali no exponerse d esa manera.