domingo, 17 de noviembre de 2013

Novela: "Amor prohibido"

Os merecéis este capítulo, gracias!!



Capítulo 4

Peter decidió llevarla a un bonito restaurante. No era demasiado lujoso, pero era muy grande además de tranquilo, y la gente que trabajaba allí era muy agradable.

-Espero que tengas hambre, porque aquí cocinan cosas muy ricas. Además está muy bien de precio-le sonrió él.

Cuando entraron ella quedó observando el lugar.

-Me encanta Peter, un lugar así era justo lo que me apetecía.

-Perfecto-sonrieron los dos. Desde el primer momento en que se conocieron se dieron cuenta de la química que había entre ellos.

-Buenas noches ¿Saben ya lo que quieren tomar?-se acercó el camarero después de que ellos se sentaran y acomodaran.

-Mmm... para mí un lomo de merluza a la parrilla en salsa verde y patatas panadera.

-¿De beber?

-Una coca-cola, por favor

-Perfecto, ¿Para la señorita? 

-Para mí lo mismo, y para beber ¿un nestea al limón puede ser?

-Por supuesto, enseguida se lo traemos-dijo el camarero antes de desaparecer. Peter miraba a Lali sonriendo.

-¿Qué?-rió ella

-Has pedido lo mismo que yo sin saber si quiera lo que es.

-¡Qué remedio! No me has recomendado nada, tendré que fiarme de tí-los dos rieron de nuevo-Y dime Peter... ¿vives con tus padres o vives solo?

-Vivo en casa de mis padres... todavía no me he independizado, pero está en mis planes de futuro hacerlo. Tengo pensado mudarme el año que viene cuando...-se puso nervioso-eh... cuando consiga el dinero de todo el año, llevo ahorrando mucho tiempo. Me quiero marchar de Forks, estoy cansado de estar aquí.

-Siempre está bien hacer planes de futuro, pero dime, ¿y qué harás? ¿Piensas irte a la aventura, sin saber si allí encontrarás trabajo?
 
-He ahorrado lo suficiente para comprarme un piso allí ytener al menos un mes para buscar trabajo. Lo único que quiero es irme a vivir a otro lugar, y empezar mi vida allí, un lugar en el que formar mi propia familia y criar a mis hijos. No quiero hacerlo aquí, y cualquier otro sitio de Nueva York me parece perfecto.

-Hablas como si no soportaras vivir aquí... yo pienso que no está tan mal-el camarero les sirvió-muchas gracias.

-A vosotros-respondió él.

-No es que no lo soporte, pero es... complicado-musitó- ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? No me creo ese rollo de que es "por trabajo"-hizo comillas con los dedos- tiene que haber algo más. Me dijiste que querías tranquilidad, un lugar pequeño y alejado, alguna razón tiene que haber para eso.

Es... complicado-dijo ella imitándolo y los dos comenzaron a reír-Yo tenía un novio, llevábamos casi cuatro años. Me entregué a él lo más que se puede entregar una persona, le di todo e incluso dejé muchas cosas por él, pero él se portó muy mal conmigo. Y aún así yo llegué a arrastrarme y a humillarme, aunque sabía que él no lo merecía, pero yo lo quería demasiado. Después de romper, él continuó buscándome, hablándome... y al final comprendí que lo mejor para mí era no estar con él, alejarme lo más posible de su lado. Por eso me he venido aquí, necesitaba cambiar de aires, alejarme de mi vida anterior. Así que dejé todo allí, y aquí estoy-probó un bocado de la comida-esto está riquísimo...

-Hoy en el bar en que trabajo, cuando te fui a atender estabas discutiendo por el móvil, y parecías triste, ¿era él?-ella negó con la cabeza.

-Me cambié el número, no quería saber absolutamente nada de él y sabía que si no lo hacía me volvería a hablar, y yo no sabía si sería lo bastante fuerte para no hacerle caso. Cuando me viste hablando por el móvil discutía con mis padres, mi familia no sabe la razón por la que me fuí, les dije que me iba y nada más. Él... tenía un poder sobre mí, Peter. Podía hacer que yo hiciera lo que me pidiera, cualquier cosa-Peter tragó saliva.

-¿Alguna vez te... pegó? ¿O te obligó a hacer algo que no querías?

-Muchas veces me puso la mano encima-Peter apretó los puños y su mandíbula se tensó. A ella se le comenzaron a cristalizar los ojos-por eso tuve que irme, si no lo hacía me lo volvería a hacer. Podía hacerme cambiar de opinión en un instante, hacerme sentir culpable o darle la vuelta a la tortilla en unos segundos. Si no me iba, sé que volvería a hablarme, a enredarme, haría lo posible para volver a tenerme y cuando me tuviera...-comenzaron a salirle las lágrimas, y Peter sin dudarlo se puso a su lado y la abrazó.

-Shh, no me cuentes más, no importa, lo siento... perdóname de verdad, lo siento mucho...

-No-se limpió ella las lágrimas-perdóname tú a mí. Apenas te conozco y... te estoy contando mi vida y ni si quiera sé por qué, me has dado muchísima confianza desde el primer momento, yo no soy de contar mi vida a la primera persona que conozco, enserio. Y estoy aquí llorando y haciéndote pasar un mal momento... lo siento, Peter.

-Ey, soy un amigo, ¿no? en mí puedes confiar, siempre vas a poder confiar, no tienes que disculparte por esto... lo siento yo por preguntar de más, enserio-sus ojos no podían estar engañándola, cuando lo miraba sabía que en él podía confiar.-¿Quieres postre?

-No, estaba riquísimo todo pero no puedo más.

-Entonces vámonos-la agarró la mano, pagó la cena y se fueron de allí. La llevó a la playa que tenían justo enfrente, con un paseo muy iluminado y con muchas tiendecitas. Pasearon por allí, charlando y mirando cosas. Los dos se sentían muy a gusto, y no dejaban de reírse. 
Después de un buen rato, ya eran las doce y tenían cosas que hacer, así que era hora de que se marcharan a casa. Peter llevó a Lali a la suya. Cuando bajó del coche él se quedó observándola.

-Lali...yo quería decirte algo...

-Dime-ella lo miró, con sus ojos color café brillando bajo la luna, mirándolo con esa carita. Había confiado en él, le había contado cosas personales y muy fuertes, no podía decirle la verdad. No podía fallarle de esta manera.

-Nada... que me lo pasé genial. Y que espero tener más días así contigo-ella sonrió, a él le gustaba tanto su sonrisa...

-Eres genial-se arrimó a él y lo abrazó-gracias por todo, Peter. Ha sido un milagro conocerte-él no pudo esconder su sonrisa y su rostro se iluminó. <<Un milagro>> pensó y no podía quitárselo de la cabeza, él pensaba lo mismo. Por lo menos podía olvidarse del infierno que tenía en su casa cuando estaba con ella, ella era increíble.-Buenas noches, mañana hablamos-le sonrió de nuevo ella.

-Buenas noches, que descanses-se dedicaron una última sonrisa y ella entró en su casa. Peter se pusó las manos en la cabeza y suspiró, arrancando después el coche, repasando cada momento de la noche, recordando lo a gusto que había estado.