jueves, 16 de enero de 2014

Novela: "Amor prohibido"





Capítulo 11

-Y Peter... ¿Cómo conociste a mi hija?-preguntó ahora su padre- eres el único amigo que tiene aquí ¿cómo fue?

-Pues...

-Peter es camarero papá-se apresuró Lali-el primer día que llegué fui a comer a un restaurante y casualidad era el de Peter. Y bueno, se ve que me vio perdida y se dio cuenta que era nueva, y me mostró algunos lugares-en cierta manera eso no era del todo mentira, Lali lo conoció así de verdad, simplemente se calló el pequeño detalle de que Peter era su alumno. Eso no es mentir ¿no?

-La, la próxima vez tendrás que venir tú a casa, tus hermanos están algo molestos contigo, sino sabes que ellos estarían aquí los primeros-Lali sintió una punzada de dolor al escuchar eso, desde que se marchó la relación con ellos no estaba igual, y ellos tenían razón para enfadarse con ella, siempre les contó todo, y se había marchado de allí sin darles una sola razón ni explicación. Les debió doler tanto como a ella.- No me mires así-continuó su madre- todos tendríamos que estarlo, te fuiste sin decir nada.

-Mamá, creo que no es el momento ni lugar para hablar de esto...-Peter miraba sin saber que decir.

-Somos tus padres hija, creo que merecemos una explicación ¿Fue por el chico ese con el que saliste?-añadió su padre y Lali se arrepintió de haber invitado a Peter a su casa, se sentía avergonzada con Peter ahí.

-Chicos, ¿qué les parece si mañana comemos en el restaurant de Peter? Una comida de despedida, hasta la próxima vez que vengáis o que vaya La- Lali agradeció la ayuda a su amiga para cambiar de tema

-Es buena idea, mi jefe es amigo mío, puedo decirle que nos prepare una mesa y una buena comida, puedo llamarle

-Me parece perfecto-dijo su madre y así pasaron la tarde entre charlas y anécdotas. No volvió a salir el tema de que Lali se marchara de casa y de Houston, así que todo fue bien. Peter se fue a cenar y a arreglarse para pasar por la noche a recoger a las chicas.

Euge se puso un vestido blanco y negro y se alisó el pelo, dejándolo suelto. Calzó unos tacos no demasiado altos negros y puso base levemente con algo de color. A continuación se maquilló los ojos y se añadió el rimel, haciendo destacar el color verde de su iris. Para finalizar, añadió brillo a sus labios. Lali quiso ir más sencilla, ya que ella no quería salir y menos con dos de sus alumnos. Se puso unos leggins negros calzando unos tacos de cuña alta negros. Arriba, se puso una camisa negra acompañada con un collar blanco y negro. Encima llevaba una chaqueta morada, blanca y negra. Se hizo un pequeño topo, recogiendo todo su pelo excepto el flequillo. Finalmente, se delineó los ojos y se puso algo de rimel. Las dos se perfumaron y bajaron a esperar a Peter.

-Hola chicas, estáis preciosas-dijo Peter al vernos y curiosamente, Lali se alegró al verlo.
Cuando subieron al coche saludaron a Pablo y fueron hacia una discoteca, eran las dos de la mañana, así que ya habría gente.

-Venga, chicas, primera ronda de chupitos. Tomad-Pablo repartió los chupitos-¡Por nosotros!-dijo y todos lo tomaron. 

-¡Amiga, disfruta!-dijo Euge tomándose un segundo chupito y bailando.

-Euge, esto no está bien, son mis alumnos...

-¡Oye, tú siempre fuiste una profesora muy cercana con tus alumnos!

-Sí, pero no tanto para irme de fiesta con ellos

-Venga, disfruta y deja de preocuparte-me dio otro chupito

-¡Dos cubatas de ginlemon!-pidió mi amiga, y llegó a la conclusión de que cuanto más se dejara llevar, antes pasaría la noche, y antes acabaría ese maldito día. Lo único que le alegraba de todo eso era que tenía a su mejor amiga a su lado.

Un rato pasada la noche, Peter se acercó a bailar con Lali, y a ella no le importó bailar con él.

-¿Donde están Pablo y Euge?-le preguntó Lali a Peter al oído. Peter rió y señaló a la barra. Pablo y Euge estaban riendo, toqueteándose y comiéndose la boca. Lali puso los ojos en blanco y rió.  

-Lali

-¿Um?-preguntó ella bailando

-¿Tan especial soy?-le preguntó y estalló en una carcajada

-¿Qué?-rió ella también, confusa.

-Me contaste la razón por la que te fuiste de tu casa y dejaste Houston. A tus padres no les contaste, ni si quiera a tus hermanos, que siempre les contaste todo-ahora Peter hablaba serio.

-Me diste confianza desde el primer momento, ya lo sabes-Peter sonrió con ganas, incluso soltó una pequeña carcajada, y a Lali le pareció que sus ojos brillaron. Era tan guapo, ella no pudo evitar sonreír cuando él le miró, sonriendo. A ella le encantaba el hoyuelo que se le formaba cuando sonreía. Los dos se miraron, divertidos. Lali sentía tantas ganas de besar a Peter, no sabía por qué, y sabía que eso no estaría bien, pero tenía TANTAS ganas... estaba a tan sólo unos centímetros de él, y cada vez aumentaba más esa necesidad de acabar con esos pocos centímetros de distancia.