lunes, 9 de diciembre de 2013

Novela: "Amor prohibido"





Capítulo 6

Peter le contó toda la situación a Pablo por la tarde en clase, a lo que él respondió con sorpresa. Pasó todo el día pensativo y pensó en llamar a Lali o en hablar con ella de alguna manera.  Estaba algo desganado, no hacía mucho que la conocía, pero hacía tanto que no se ilusionaba con una chica que conocerla le había cambiado totalmente su estado de ánimo.
Para colmo del mal día que había tenido, la situación no mejoró cuando llegó a su casa, y se encontró a su padre tendido en el suelo. Estaba acostumbrado a esas situaciones, así que no se extrañó demasiado.

-Papá, levanta, vamos-musitó mientras lo levantó y pasó su brazo por la espalda, aguantando su peso. Lo llevó hasta el sofá y lo tumbó allí. Él, como de costumbre se quejaba. Peter suspiró y recogió la botella vacía del suelo. La tiró a la basura y tapó a su padre con una manta. Con un poco de suerte, no se levantaría en toda la noche.

Desde que murió su madre hace unos años, la vida de Peter no había sido demasiado fácil. Su padre nunca lo había superado y se había convertido en un adicto al alcohol. Si no hubiera sido por la paga que recibían de viudedad y horfandad y por la paga del paro que recibía su padre, hubieran acabado muriendo de hambre. El padre de Peter no hacía más que beber, y Peter había tenido que tomar las riendas de su "familia" y sacar a él mismo y a su padre adelante. Y la verdad era que desde aquel día en que perdió a su madre Peter era un infeliz, y de no ser por sus amigos y por la familia de su mejor amigo Pablo que lo cuidaban como a un hijo más (los padres de Pablo eran amigos de toda la vida de los de Peter) no sabe qué hubiera sido de él. 

Estaba algo nervioso por ir a clase y verla, no sabía como reaccionaría ella y eso le hacía a él no saber cómo reaccionar. Su amigo Poli y él llegaron con tiempo para no tener que encontrársela ya dentro de clase, ya que ella era bastante puntual en sus clases. Se sentaron en la primera fila, como hacían siempre. Peter pensó que tal vez ella pensaría que él se sentaba en primera fila para incomodarla, pero pronto se quitó esa idea de la cabeza, cuando viera que en todas las clases lo hacía y viera sus calificaciones sabría que no es nada personal.

-¡Buenos días!-entró sonriendo y tan alegre como el primer día. Él pensaba que se sentiría cohibida, al saber que tenía como alumno a esa persona que le había contado bastante sobre su vida, y al no saber si lo habría contado por la clase o no. Pero no fue así, se mostraba de lo más natural. -Veamos, hoy sintiéndolo mucho toca empezar con la teoría-se escucharon resoplidos y abucheos- sí, sí, lo sé. También he sido estudiante y sé lo que eso supone. Pero antes de ponernos serios, como os dije, quiero conoceros un poco. Me gustaría que os presentarais, me dijerais si sois todos de aquí o de donde venís y algo más vuestro, para ir familiarizándonos. ¿Qué os parece? Bien, empecemos por allá detrás-dijo señalando a la última fila. Ella se encontraba de pie, apoyada en su mesa. Peter no podía dejar de observarla, era como si un imán le impidiera despegar su mirada de ella.

Todos fueron presentándose hasta que le tocó a la primera fila.

-Me llamo Pablo Martínez, aunque me llaman Poli. Tengo 26 años- Peter y Pablo eran de los más mayores de la clase, aunque todavía había gente que los superaba-ya que entré a la carrera por ciclo formativo-que dura más años que el bachiller-y... poco más. Soy de Forks y siempre viví en Forks-sonrió y Lali le devolvió la sonrisa.

-Perfecto Poli-respondió ella- Tu turno-se dirigió ahora a Peter y sus miradas se cruzaron por una milésima de segundo, hasta que él reaccionó.

-Um... me llamo Juan Pedro Lanzani, pero mejor Peter. También tengo 26 años y al igual que Pablo entré por ciclo formativo. También siempre viví en Forks.

Ella lo examinó por unos segundos, y entonces cotinuó.

-Muy bien chicos. Os tengo que confesar que no soy demasiado buena para los nombres, pero intentaré acordarme. Por suerte no somos demasiados en clase-un alumno levantó la mano- ¿Si?

-Cuéntanos algo de tí también-todos rieron y ella sonrió

-Tienes razón, yo también tengo que presentarme. Bueno, me llamo Mariana Espósito pero decidme Lali. Tengo 23 años y soy de Houston. Por motivos personales y laborales he venido a trabajar aquí-Lali intentaba a toda costa evitar la mirada de Peter, pero conforme pasaban los minutos se le hacía más difícil, y empezaba a sentirse algo incómoda.