Epílogo
Me miré al espejo una vez más, emocionada. Mi vestido era todo liso por delante, con algo de escote y ceñido a mi cuerpo. Por detrás era de encaje y tenía la espalda al aire. Llevaba el pelo recogido por detrás y enganchado con una trenza (pelo). El velo estaba sujeto a una peineta agarrada a mi recogido. Por delante, me caían dos ligeros mechones de pelo. Can y Rochi se encargaron de hacérmelo, y también se encargaron de maquillarme de forma muy sencilla, así que no me veía demasiado arreglada. Llevaba unos hermosos pendientes de perlas blancas con pequeños diamantes. No podía dejar de observarme, pero entonces alguien irrumpió mis pensamientos.
-Lali ¡dale! el novio ya está en la iglesia, estás hermosa amiga, ¡vamos!-dijo Can apartándome del espejo.
-Está un poco estresada-me susurro Rochi-No se lo tengas en cuenta, se lo está tomando como si fuera su propia boda-reímos las dos-Estás hermosa amiga
Entre las dos me agarraron el vestido por detrás para que no me cayera al bajar las escaleras de casa de mi madre o al subir al auto. Mi madre no dejaba de llorar, en silencio, y sin dejar de observarme. No se soltaba de la mano de Charlie, su novio de hace poco más de medio año. Charlie era encantador, tenía un corazón enorme y además era muy lindo. Trataba como una reina a mi madre, y con eso me bastaba. Además, era un sol con Nico, lo cuidaba como a su propio hijo. Cuando mi madre comenzó a salir con él tuvo miedo de contarnos, sobre todo a mí por como reaccionara, pero el saber que mi madre volvía a ser feliz y que tendría a alguien siempre con ella, cuidándola, me tranquilizaba.
Nina se encontraba en la iglesia junto con Nico.
Nos subimos al auto de Charlie, mi madre iba de copiloto y mis dos amigas estaban cada una a un costado, agarrándome las manos, me encontraba muy nerviosa.
-Mamá, deja de llorar. Te vas a arruinar el maquillaje.
-Esque estás muy hermosa, mi pequeña-dijo llevándose la mano a la boca, una vez más al mirarme.
-A Peter le va a dar algo cuando te vea, Lali-musitó Charlie, sonriéndome por el espejo retrovisor.
-Llegamos-dijo Can y las dos me ayudaron a bajar del auto. El lugar estaba abarrotado de gente, Peter tenía mucha familia y yo invité a demasiados conocidos.
Gastón estaba en la puerta, esperándonos con una sonrisa. Saludó a su novia y después me tendió el brazo para que me agarrara a él, le había pedido que fuera él quien me llevara al altar.
-Estás muy linda, La.
-Bueno mi amor, te vemos dentro ¿si?-se despidió mi madre para entrar con Charlie.
-Suerte amiga-me dijeron Rochi y Cande-Ahora nos vemos.
Una vez entraron todos y nos quedamos Gas y yo fuera, llegó la hora de entrar.
-¿Estás lista?-me preguntó mi amigo y yo respiré hondo.
-Eso creo. Agarrame fuerte-le pedí
-Allá vamos-me dio un pequeño beso en la frente y comenzamos a caminar. El cura hizo una señal y comenzó a sonar la melodía de todas las bodas. Conforme entraba me hacía estar más inquieta, notaba que las mejillas me ardían cada vez más. Mirar a las personas presentes me ponía muy nerviosa, apreté todavía más el brazo de Gastón.
-Tranquila-me acarició el brazo. Entonces me encontré con los ojos de Peter a unos cuantos metros de mí, y fue como si todo lo demás desapareciera. Me observaba con los ojos brillosos. Llevaba puesto un traje color negro que resaltaba sus ojos verdes, tenía el pelo peinado hacia arriba y una pequeña flor blanca en la parte derecha de su chaqueta. Sonreía, sin dejar de mirarme. Cuando por fin llegamos a su lado, Gas puso mi mano sobre su brazo, y los dos nos sonreímos al mirarnos. Peter no dejaba de observarme, no decía nada, pero no era necesario que lo hiciera.
El cura dio paso a los anillos. Y mi hermano apareció de detrás del todo, en traje, se veía tan mayor... a su lado iba a Balú con una correa, que llevaba los anillos. Balú daba pequeños saltitos y se oyeron unas risitas de fondo. Cuando nos dieron los anillos besé a mi hermano y acaricié a Balú, que se puso a mover la colita.
-Yo, Juan Pedro Lanzani-dijo mientras cogía mis manos y me ponía la alianza-te quiero a vos, Mariana Espósito, como esposa y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.-Los dos sonreímos, mirándonos a los ojos.
-Yo, Mariana Espósito-le agarré las manos y le puse la alianza-te quiero a vos, Juan Pedro Lanzani, como esposo, y prometo serte fiel, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.-volvimos a sonreír y miramos al cura.
-El señor, que hizo nacer el amor entre ustedes dos, confirme este consentimiento mutuo, que han manifestado ante la iglesia. Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.-nos volvimos a mirar y Peter miró de nuevo al cura.
-Puedo besarla, ¿no?-el cura asintió y se oyeron risas de fondo. Me agarró de la cintura y me acercó a él, nos besamos y la iglesia estalló en aplausos y en los gritos de Cande, que se escuchaban por encima de todo el jaleo.
Cuando salimos, nos recibieron todos nuestros familiares y amigos, gritándonos cosas y aplaudiendo. Nos costó llegar al auto, pero cuando lo hicimos por fin pude tenerlo cerca.
Peter y yo íbamos camino al banquete.
-Estás hermosa, no sabes cuánto desee este día...
-Yo también Pit. Tengo un regalo para vos-Peter frunció el ceño-Quería que fueras el primero en saberlo. Vamos a ser papás mi amor-puse su mano en mi panza y esbozó una enorme sonrisa.
-Te amo, te amo, te amo-me besó- ¡no sabes lo feliz que me haces!
-Y vos a mí-lo abracé, sabiendo que todo empezaba acá, que la aventura de mi vida empezaba acá, y que a partir de este día nos esperaba una vida juntos, llena de cosas buenas y no tan buenas, pero que pasara lo que pasara, sabía que ahí estaríamos, el uno para el otro, SIEMPRE.
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Espero que les haya gustado el epílogo. De nuevo, muchísimas gracias por sus firmas y por leerme, me pone muy feliz:)
Más de una persona me dijo que también les gustaba Bon Jovi, AMO Bon Jovi! jajaja se habrán dado cuenta imagino...
MUCHAS GRACIAS!!!!!
