viernes, 25 de julio de 2014

Capítulo 1


Novela: "Fácil"




Nunca noté a Peter antes de esa noche. Era como si él no existiera, y de repente, se encontraba en todas partes. 


Acababa de dejar la fiesta de Halloween en todo su apogeo detrás de mí. Esquivando los coches amontonados en el estacionamiento trasero de la fraternidad de mi ex, le envié un mensaje a mi compañera de cuarto. La noche era hermosa y cálida-un típico verano al estilo sureño. La música sonaba a través del pavimento, también se escuchaban pequeños estallidos de risas, borrachos retándose y pidiendo más bebida. 


Como conductora designada esa noche, era mi responsabilidad conseguir que Candela regresara a nuestro dormitorio en una sola pieza, sin importar si yo quería estar o no un minuto más en esa fiesta. Mi mensaje decía que me llamara o mensajeara cuando estuviera lista para irse. Por la manera en que ella y su novio, Chaz, se habían ahogado en tequila mientras bailaban manoseándose antes de subir las escaleras a su habitación, no me llamaría hasta mañana. Reí entre dientes por el pensamiento de ella haciendo el paseo de la vergüenza al salir del pórtico hasta mi camioneta. 


Pulsé a enviar mientras rebuscaba las llaves en mi bolso. La luna estaba demasiado oculta por las nubes, y las ventanas iluminadas de la casa se encontraban muy lejos como para ofrecer algo de luz al final del estacionamiento. Tuve que confiar en mi tacto. Maldiciendo cuando me pinché el dedo con una pluma, tropecé con mis zapatillas, casi segura de que sangraba. 


Una vez que las llaves estuvieron en mi mano, chupé mi dedo; el ligero sabor metálico me dijo que me atravesó la piel. -Maldición-murmuré, desbloqueando la puerta de la camioneta.


En los siguientes segundos que pasaron, estuve tan desorientada como para comprender lo que sucedía. En un momento era lanzada de la puerta abierta del coche, y al siguiente recostada con mi rostro pegado en el asiento, sin respirar e inmóvil. Luché por levantarme, pero no pude, el peso sobre mí era demasiado. 


-La pequeña diablilla queda bien en tí, Lali-la voz arrastraba las palabras, pero me era familiar. 


Mi primer pensamiento fue "no me llames así", pero fue desestimado rápidamente en favor del terror que sentí mientras una mano levantaba ya mi corta minifalda. Mi brazo derecho estaba inútil, atrapado entre mi cuerpo y el asiento. Me agarré de él con mi mano izquierda, tratando de empujarme a mí misma hacia arriba, y la mano sobre la piel desnuda de mi muslo me tomó la muñeca. Grité cuando llevó mi brazo hasta mi espalda, sujetándome con firmeza con la otra mano. Su antebrazo presionando mi espalda baja, no podía moverme. 


-Buck, bájate de mí. Quítate-Mi voz tembló, pero traté de darle tanta firmeza como me fuera posible. Pude oler la cerveza en su respiración y algo fuerte en su sudor. Entonces, una oleada de náusea subió y cayó en mi estómago.


Su mano libre regresó de nuevo a mi muslo izquierdo, su peso contra mi lado derecho, cubriéndome. Mis pies colgaban fuera de la camioneta, la puerta seguía abierta. Traté de levantar la rodilla para quitarme de debajo de él, y Buck rió de mis patéticos esfuerzos. Cuando movió su mano entre mis piernas abiertas, grité, tratando de bajarlas, ya demasiado tarde. Primero me retorcí y luché, pensando en quitármelo de encima, y después de darme cuenta de que yo no era rival para su tamaño, comencé a suplicar. 


-Buck, para, por favor... estás borracho y te arrepentirás por la mañana. Oh, dios mío...


Separó más fuerte mis piernas y el aire golpeó mi cadera desnuda. Escuché el inconfundible sonido de una cremallera, y él rió en mi oído cuando mi súplica se mezcló con el llanto. 


-No, no, no, no- Debajo de su peso, no podía respirar lo suficiente para gritar, y mi boca estaba aplastada contra el asiento, amortiguando cualquier protesta que pudiera hacer. Luchando en vano, no podía creer que aquel chico que había conocido por casi un año, quien ninguna vez me había faltado el respeto cuando salía con Gastón, estuviera atacándome en mi propio coche, en el estacionamiento trasero de la casa de fraternidad.


Bajó mis bragas hasta las rodillas, y entre sus esfuerzos para presionarme hacia abajo y mis renovados intentos por huir, escuché el frágil tejido rasgándose. 


-Jesús, Lali, siempre supe que tenías un increíble culo, pero Cristo, chica- su mano se metió entre mis piernas de nuevo y el peso desapareció por un segundo. Tuve el tiempo suficiente para tomar una bocanada de aire y gritar. Giró mi rostro hacia el cuero del asiento hasta que estuve en silencio, casi sin poder respirar. Incluso libre, mi brazo izquierdo era inútil. Apoyé mi mano contra el suelo de la cabina y presioné, pero sólo tuve dolores musculares. Lloré contra los cojines, las lágrimas y la saliva se mezclaban en mi mejilla. 


-Por favor, no, por favor, no. Oh, dios, detente, detente, para...-odié el sonido de impotencia en mi voz. 


Su peso se levantó de mí por un segundo -o había cambiado de opinión, o estaba reposicionándose- no me hizo esperar saber cuál. Tiró de mis piernas hacia arriba, sentí el tacón de mis zapatillas desgarrar el cuero, mientras pataleé para ganar impulso y apartarlo. Él me giraba. La sangre pulsaba en mis oídos mientras mi cuerpo se preparaba para pelear o huir. Y entonces me detuve, porque Buck ya no estaba ahí. 


Al principio, no pude entender por qué estaba allí, apartado de la puerta, alejado de mí. Y luego su cabeza golpeó el suelo. Dos veces. Se volvió loco, sus puños golpeaban a la nada. No fue hasta que chocó con mi camioneta que pude ver con qué -o quién- luchaba. El chico nunca apartó los ojos de Buck mientras le daba fuertes golpes en el rostro, esquivando los contrarios mientras Buck lanzaba golpes inútiles, con sangre fluyendo de su nariz. Finalmente, Buck bajó la cabeza y se lanzó como un toro, pero su esfuerzo fue su perdición, ya que el chico desconocido lanzó un puñetazo hacia su mandíbula. Chocó contra el lateral del coche, de nuevo, lanzando golpes al aire. El chico tomó a Buck en los hombros, lo jaló hacia él y le dio un rodillazo debajo de la barbilla. Buck cayó al suelo, gimiendo y quejándose. 


El desconocido bajó la mirada con sus puños cerrados, preparándose para ofrecer un nuevo golpe si fuera necesario. No lo fue, Buck estaba casi inconsciente. Me acurruqué contra la puerta del fondo, jadeando y en posición fetal, como si el shock fuera sustituído por pánico. Debí haber gemido, porque sus ojos se encontraron con los míos. Rodó a Buck a un costado con una de sus botas y se acercó a mí.



Novela: "Fácil"

Sinopsis novela "Fácil"

Cuando Lali sigue a su novio de varios años a la universidad que él escoge, lo último que espera es una ruptura. Después de dos semanas en estado de shock, ella se despierta ante su nueva realidad: es soltera, asistiendo a una universidad estatal en lugar de un conservatorio de música que es lo que ella quiere, es ignorada por su círculo de amigos, siendo acosada por el hermano de fraternidad de su ex y reprobando una clase por primera vez en su vida.