jueves, 19 de junio de 2014

Novela: "Amor Prohibido"

Capítulo 31


En el rostro de Peter fue apareciendo poco a poco una sonrisa, y se abalanzó sobre Lali, tirándola sobre el sofá.

-No lo puedo creer-le apartó un mechón de la cara-me hace mucha ilusión ser el padre de tus hijoa, Lali-ella esbozó una sonrisa todavía más grande.

-Y a mí que lo seas, Pit.

-¿Y has ido al médico?

-No, me he querido esperar a tí. No creo que cuatro test de embarazo se equivoquen, ¿no?

-Claro que no, todo eso está muy avanzado. Dios mío, vamos a ser papás...-musitó como expresando en alto su pensamiento. Lali lo miró sonriendo, pero con una sonrisa medio triste.-¿Qué pasa?

-Siento haberte cambiado tanto la vida, sé que no tengo culpa de nada, pero no puedo evitar pensar que he cambiado totalmente tus planes de vida-Peter le agarró la mano.

-Mi amor, después de tanta mierda en mi vida esto es lo más bonito que podía pasarme, ya me tocaba algo bueno-sonrió tiernamente- No me supone para nada un problema ser padre ahora y nos las apañaremos, ya lo verás, además todavía tenemos 9 meses por delante-los dos sonrieron, se veían más enamorados que nunca.

-Esto...-Lali se subió encima de Peter, con una pierna a cada lado de su cuerpo.-merece una celebración ¿no?-sonrió pícara y Peter la imitó. Él sin dudarlo se lanzó a sus labios, que tanto extrañaba cuando no los tenía. Introdujo su lengua en la boca de Lali, moviéndola de arriba a abajo. Lentamente, le quitó la camiseta a Lali y comenzó a darle besos por su piel desnuda. Lali hizo lo mismo con Peter, se deshizo de su camiseta, y a continuación se desabrochó el sostén. Peter se quedó mirándola, y le acarició los pechos, delicadamente. A continuación, jugó con su lengua sobre los pezones de Lali, haciéndole sentir placer. Peter la agarró y con cuidado, la recostó sobre el sofá, para así poder deshacerse del resto de su ropa. Él realizó la misma acción, quedándose los dos desnudos. Se puso a la altura de la parte íntima de Lali, e introdujo su lengua dentro de ella, haciendo movimientos circulares con ella. Lali emitía pequeños gemidos de placer. Después de jugar con su lengua dentro de la parte íntima de Lali, Peter volvió a incorporarse, apoyando una rodilla en el sofá, para a continuación, introducirse entre las piernas de Lali. Al notar la parte húmeda de Lali, soltó un pequeño gemido. Comenzó con unos lentos vaivenes, pero progresivamente fue aumentado el ritmo, y los dos estaban muy agitados y sudados. Finalmente, Peter dio unos pequeños empujoncitos al final, con fuerza, indicando que había terminado. Se tumbó al lado de Lali, y se quedaron abrazados por un largo rato. Mientras fuera llovía a cántaros y hacía bastante frío, ellos estaban dentro, como Dios los trajo al mundo, ante la chimenea, como si no existiera nada más.

-¿Cariño?-preguntó Lali, que tenía su cabeza apoyada en el pecho de Peter.

-¿Um?

-Quédate a dormir conmigo hoy, por favor-se puso ahora a la altura de su cara, para poder mirarlo a los ojos.

-Está bien-sonrió-llamaré a Lucas, le diré que me perdone mañana, que voy a ir al médico a ver como está mi hijo-sonrieron los dos al escuchar eso.

-Te amo Peter, te amo mucho.

-Yo también a tí preciosa-dejó un pequeño beso sobre su frente.

Como dijeron, cenaron y pasaron la noche juntos, dándose amor y disfrutando de su compañía. Al día siguiente se levantaron, se ducharon juntos y se vistieron para ir al médico. Estaban nerviosos por lo que pudiera decirles, por una parte creían que cuatro test no podían equivocarse, pero por otra, les daba miedo que esas ilusiones fueran eso, ilusiones. Cuando les tocó, llamaron a la puerta.

-Buenos días, doctor.-pasaron Peter y Lali.

-Hola chicos, pasad. Tú eres Mariana Espósito ¿no?

-Así es-el hombre mayor le dedicó una amable sonrisa.

-Túmbate aquí, Mariana-le señaló la camilla y se puso a uno de los lados. Peter se sentó al otro lado, agarrándole la mano-Levanta un poco tu camiseta, para que pueda ponerte esto-dijo agarrando un líquido.-Bien, vamos a ver, esto está un poco frío, veamos...-puso el aparato sobre la barriga de Lali, y fue moviéndolo, de lado a lado, de manera que se monitoreaba en la pantalla. Lali y Peter no dejaban de mirarla, pero no veían nada.

-¿Está todo bien, doctor?-preguntó Peter, algo preocupado.

-Sí papá, no te preocupes que todo está bien-rió el doctor ante su preocupación-¿primerizos no?

-¿Se nota mucho?-preguntó Lali y todos rieron.

-Un poco. Todo está bien chicos, mirad aquí-señaló la pantalla del monitor. ¿Véis esto? es su cabeza, poco a poco iremos viendo más cosas, por ahora se ve poco y no podemos profundizar mucho, pero de momento no tenéis de que preocuparos, vuestro bebé está sano-Lali y Peter se miraron con los ojos brillosos, aliviados y felices.-Enhorabuena papás, ya puedes limpiarte-le dio a Lali un trozo de papel para que se limpiara el líquido de su barriga.

-Gracias-dijeron los dos.

-Os veo en unos 5 meses, ¿vale? hasta entonces no tenéis por qué venir, siempre que no haya algún problema. Si tuviérais alguna duda o preocupación, yo estoy aquí siempre, no tengáis problema en pasaros, ¿vale?-Lali asintió, agradecida.

-Y... ¿tiene que guardar reposo doctor? ¿o tomar algunas medidas?-preguntó Peter

-Por ahora no tiene que guardar ningún reposo, puede continuar con su vida normal. Sin hacer grandísimos esfuerzos ni cosas que puedan dañar al bebé, está claro. Y que se alimente bien y beba mucha agua, esas son mis únicas recomendaciones-Peter y Lali agradecieron infinitas veces al doctor, ya que había sido muy amable con ellos. 

Estaban felices, en un sueño, con ganas de contarlo a todos sus amigos y familiares. Ninguno de los dos podían dejar de sonreír, llegaron a casa con una alegría inmensa, todavía no podían creérselo. Irradiaban felicidad. 

La alegría afirma la vida, ilumina tu alma, convierte tus ojos en faros. La alegría mantiene vivo el niño que llevas dentro. La alegría te ayuda a ver la vida como un juego, diluye la espesura del drama. Vuelve nuestra vida más ligera. Hace que la desesperación sea menos desesperante, que el dolor duele menos y que el placer sea más placentero. La alegría nos hermana, nos reúne, nos anima a compartir. La alegría te da paz. La alegría nos predispone al amor, a la pasión, a la aventura. La alegría baja las defensas inútiles y mejora el sistema inmune, y lo mejor: es gratis. 
La puedes encontrar en un beso, en un bebé, en la música. La alegría es eso que dejas pasar buscando eso que te supone que te dará alegría. La alegría es el único virus bueno y muy contagioso. La alegría es una fe profunda en el futuro, es una puerta abierta a nuestro verdadero ser.

-Bueno... ¿y ahora qué?-preguntó Lali.

-No sé... ¿nos casamos?