viernes, 17 de enero de 2014

Novela: "Amor prohibido"



Capítulo 12

Y así fue como lo hizo, no le importaba nada más y siguió el consejo de su amiga: "disfruta". Lali posó sus labios sobre los de Peter delicadamente, y cuando él abrió la boca, sin pensarlo, introdujo la lengua. Se sintió rara,  pues hacía mucho tiempo que no besaba a un hombre que no fuera su ex, pero también era una sensación agradable. Con cada beso disfrutaba más, y tenía ganas de más. Peter la tenía agarrada de la cintura, muy pegada a él. Él estaba disfrutando como el que más, no se creía que Lali se hubiera lanzado y saboreaba cada beso, húmedo y a la vez cálido.

-Umm...para un poco-rió Lali-vámonos de aquí, nos pueden ver, si esque no nos han visto ya.

-¿Y no te importa?-preguntó Peter sorprendido

-Hoy no, vamos-Lali le envió un mensaje a Euge: Peter y yo vamos a mi casa, venid más tarde, después te cuento. Cuídate y que Pablo te acompañe.

Al minuto le contestó: Tranqui, Pablito me cuida. No hace falta que me cuentes después, no creo que vayáis a casa a jugar a cartas... jajaja No te preocupes, yo hago tiempo :p BIEN AMIGA!

Lali no pudo evitar reírse al leer el mensaje. No sabía que le pasaba, no pensaba en las consecuencias, estaba pensando en el momento, en disfrutarlo, al igual que Peter, y se sentía bien así. Pidieron un taxi, ya que no estaban ebrios pero se habían tomado un par de copas,  y no querían conducir ninguno de los dos. Todo el viaje de camino a casa de Lali, estuvieron besándose, en el asiento de atrás, sin importarles la presencia del conductor.Cuando llegaron, Peter pagó al taxista y bajaron, continuando con sus besos, como si no hubiera nadie más.

-Para-musitó Peter- ¿Y tu familia?

-Tranquilo, no están en casa-Lali continuó besándolo

-¿Donde están?-volvió a interrumpir Peter y Lali rió.

-Mi casa está bien, pero no es tan grande para que quepan mis padres, mi abuela y Euge y yo. ¿Alguna cosa más quiere saber el señor?-los dos rieron 

-No, todo resuelto-le dio un pico y entraron a la casa. Por el camino a la habitación de Lali, iban besándose y deshaciéndose de las prendas. Cuando llegaron a la cama, estaban los dos sin zapatos y sin camisa. Lali se encontraba en sostén. Los dos se tumbaron y continuaron besándose. Peter tenía mucho cuidado en todo lo que hacía, iba con miedo y estaba inseguro, ya que por él llegaría hasta el final, pero no sabía hasta donde querría llegar Lali. Ella comenzó a pasarle la mano por su bulto, acariciándole el miembro. Peter soltó un pequeño suspiro. Lali se deshizo del resto de sus prendas, dejándolo al desnudo. Se quedó observando su cuerpo por unos segundos, y entonces continuó besándolo, mientras movía de arriba a bajo la parte íntima de Peter, con mucho cuidado. Peter soltaba pequeños gemidos. A continuación, agarró a Lali y la fue desnudando poco a poco. Cuando terminó y la tuvo delante, comenzó por tocarle los pechos y entonces empezó a darle pequeños mordiscos en sus pezones, y eso a Lali le excitó mucho. Continuaron besándose, mientras se daban besos por todo el cuerpo. Peter, sin pensarlo más, se puso encima de Lali, y totalmente desnudos los dos, miró a Lali a los ojos antes de hacer lo que iba a hacer, para ver su expresión y asegurarse de que ella tenía las mismas ganas que él. Ella asintió con la cabeza y le dio un pico, y así Peter con mucho cuidado, introdujo su miembro en Lali, ella gimió suavemente y Peter se excitó al escucharla. Poco a poco fueron aumentando el ritmo de esos movimientos, al mismo tiempo que sus respiraciones. Ambos estaban sintiendo una conexión especial, única, no sólo sentían placer. Finalmente, Lali subió encima de Peter, e hizo que éste terminara, haciendo unos sensuales movimientos. 

-¿No te esperará tu familia en casa?-preguntó Lali, cuando se encontraban los dos tendidos en la cama. Ella lo miraba a los ojos, y él se encontraba mirando para arriba, todavía con las respiraciones agitadas.

-No

-¿No? ¿Sueles acabar en la cama de una chica siempre que sales de fiesta o cómo?-Peter rió, y se dio la vuelta en la cama, de manera que quedó encarado a Lali, a su misma medida, mirándola a los ojos.

-No tengo madre, Lali. Mi padre es un alcohólico. Soy hijo único así que cuido yo de él, no trabaja, no hace nada. Desde que ella murió no levanta cabeza, por eso trabajo en el restaurante. Muchos fines de semana los paso enteros en casa de Pablo o hago cosas para no ir, él lo sabe y yo le dejo cosas preparadas en el frigorífico. Y la mayoría de veces cuando llego a casa sólo recibo gritos o quejas por su parte, así que no, la respuesta es que no me esperarán en casa, ni tampoco se va a preocupar-Lali sintió unas ganas inmensas de abrazarlo, de decirle que todo estaba bien y que ella iba  a ayudarle. 

-Lo siento mucho, Peter. No sabía nada, yo... no sé que decir, lo siento. No tendría que haber preguntado, a veces hablo más de la cuenta...

-Tranquila-le acarició la mejilla- tú también me has contado cosas muy personales, no me importa contártelas a mí.-ella sintió como un escalofrío recorría su cuerpo. 

-¿Puedo saber cómo... fue? 

-¿Cómo falleció mi madre? Estaba enferma. Leucemia. Todos sabíamos como iba a acabar la cosa, llegó un punto en que los médicos no podían hacer nada más, se extendió mucho. Pero parece que mi padre mantenía la esperanza, y sabía que la muerte era una posibilidad, pero él no la esperaba tan pronto. Yo sí, me mentalicé mucho antes, al igual que mucha gente que la quería, así que el golpe no fue tan duro para mí, y fue ya hace tiempo, así que no te preocupes-Lali comprendió en ese momento lo fuerte que era Peter. La valentía que tenía al afrontar esa situación, incluso en su casa. Le besó la mejilla y le agarró de la mano. 

-Estoy aquí, para lo que necesites-Peter sonrió, y así pasaron un rato, en silencio, mirándose a los ojos, sin decir absolutamente nada.