viernes, 20 de junio de 2014

Novela: "Amor Prohibido"



Capítulo 32



4 meses después...

-A ver... no te estreses, lo tenías hace nada en la mano, mira, aquí esta, ¿lo ves?-dijo Eugenia agarrando un pequeño ramo de flores que había sobre la mesa del salón de la madre de Lali.

En estos cuatro meses, las cosas habían cambiado bastante, todo había avanzado muy rápido. Era el día de la boda de Peter y Lali, que decidieron casarse antes de que naciera su bebé, y en poco tiempo con ayuda de sus familiares y amigos, consiguieron organizar la boda para justo 4 meses después. Se encontraban ambos en Houston, de donde era la familia y amigos de Lali, y a donde Peter accedió a casarse después de hablar bastante sobre el tema. Allí viajaron todos los amigos de Peter, para asistir al día de su boda, e incluso su padre, quién había mejorado mucho desde la última vez que Peter habló con él. En cuanto se enteró de que iba a ser padre, Peter habló con el suyo, y le advirtió que si quería conocer a su nieto debía cambiar, o que se olvidase tanto de él como del mismo Peter. Lali lo conocería en la boda, ya que Peter quiso darle ese margen de cuatro meses para que dejara un poco de lado el alcohol y mejorara, y así que Lali lo viera más presentable. Y había conseguido superar un poco su adicción, pero a cada cierto tiempo volvía a recaer. Aún así, su relación con Peter había mejorado bastante, y le había demostrado que no quería que desapareciera de su vida, participando mucho más en las tareas de casa, ayudándolo, buscando trabajo y siendo más amable con él, Peter estaba contento de que almenos lo intentara. En cuanto a Lali, no le había presionado más sobre ese tema, y había respetado que Peter quisiera que lo conociera en su boda. El padre de Lali fue el que se ofreció a pagarlo todo, tanto el banquete como el viaje de luna de miel. Peter no estaba nada de acuerdo con eso, pero viendo la cabezonería de su futuro suegro no le quedó otra opción que aceptarlo finalmente, ya que además les vendría muy bien tanto a Lali como a él ahorrarse su propio dinero. 
Por otro lado, su amiga Euge había encontrado trabajo como camarera poco tiempo después de hacer entrevistas, y había conseguido que Lali trabajara dando clases particulares a los dos hijos de su jefa, por lo que las dos tenían sus propios sueldos, no demasiado altos pero suficientes para poder pagar la hipoteca, además, a ambas les ayudaba su familia para que no tuvieran que pagarlo todo ellas solas. Por su parte, la familia de Lali también se había tomado muy bien tanto el tema del embarazo como el de la boda, así que todo iba genial, Peter y Lali no podían ser más felices, y su amor crecía cada día. 

-Lali respiró hondo-¿Sabéis si Peter ha llegado ya?

-Acaban de llegar ahora, tranqulízate o va a darte un ataque-contestó su madre desde la otra habitación. Llevaba un vestido color calabaza, con unos tacones blancos y el pelo recogido en un moño, con un pequeño tocado. Euge, por su parte, llevaba un vestido verde claro, que favorecía sus ojos, unos tacones beis a juego con un pequeño pañuelo que llevaba para cubrise los hombros. En cuanto al pelo lo llevaba suelto, recogiendo dos mechones de delante y llevándolos atrás con un par de orquillas.-Estás preciosa-se quedó observándola su madre por enésima vez, con la mano en la boca para evitar llorar.

-Bueno, con esta barriga se hace lo que se puede-dijo intentando ajustarse el vestido para que se le disimulara un poco. A pesar de estar de cuatro meses, ya se apreciaba un notable bulto en su barriga. 

-No digas tonterías, esa barriga te hace verte todavía más bonita-discrepó Roció, una de las mejores amigas de Lali. Ella llevaba un vestido morado, con unos tacones negros, y su larga melena rubia suelta. 

-Bueno, venga, no demoremos más que el novio espera chicas-musitó Euge entusiasmada.

-Y tu padre también, estará desesperado por verte-añadió su madre, agarrándole la mano a Lali.

En cuanto a la novia, parecía una princesa. Por delante, el vestido dejaba ver un pequeño escote, no era exagerado, y eso daba una visión más fina y elegante. Los tirantes junto con la parte del pecho eran de encaje, y se ajustaban perfectamente al cuerpo de Lali. De cintura para abajo, el vestido era más ancho, dejándose caer y de textura lisa. La parte de la espalda también era de encaje y en forma de pico, dejando gran parte de ella al descubierto. En el pelo, llevaba un recogido en la parte de atrás de su cabeza, sujetado y enganchado con una trenza que le pasaba por toda la cabeza. Llevaba un par de flores en el pelo, a conjunto con el vestido, y para finalizar el velo. Además, ella llevaba puesto el complemento más importante: su sonrisa. Ese brillo especial que desprendía al sonreír, y que de ninguna de las maneras se le borraba del rostro.

Entraron al coche, que conducía Eugenia. De copiloto iba Rocío, y detrás, su madre, sin soltarle la mano un segundo. 

-Llegamos-exclamó Rochi, con una sonrisa mirando a Lali. Las dos amigas bajaron del coche y abrieron la puerta para que bajara la novia. Su padre, que se encontraba fuera del coche esperándola, se quedó atónito al verla. Ella se acercó a él sonriendo, le besó la mejilla y él no pudo evitar emocionarse. 

-Mi vida nos vemos dentro, suerte, te quiero-la besó su madre y entró a la iglesia, de nuevo emocionada. Sus amigas la abrazaron fuerte, le dedicaron su mejor sonrisa y entraron. Lali respiró hondo y miró a su padre.

-¿Estás lista, mi pequeña?

-Más que nunca-sonrió ella y le agarró de la mano. 

-Entonces vamos allá-le devolvió la sonrisa.

Padre e hija entraron juntos. Lali agarraba el brazo de su padre, mientras a su vez tenían sus manos enlazadas. Lali no dejaba de ver caras conocidas sonriéndole: amigos, familia... todos comentaban lo deslumbrante que estaba ella. Finalmente, ahí vio a sus cinco mejores amigas, a su madre junto con sus hermanos y al resto de su familia. Al fin dirigió la vista hacia delante, y ahí lo vio, embobado, mirándola, con un brillo especial en los ojos. Su padre la dejó delante de él, y le dio un beso a ella, para después sentarse detrás de ambos. Peter dio un beso en la mejilla a Lali cuando la tuvo cerca.

-No eres real-le susurró y ella sonrió. 

-Amigos-procedió el cura-hoy estamos aquí reunidos para unir a Mariana Espósito y Juan Pedro Lanzani en sagrado matrimonio.-Peter y Lali no podían escuchar mucho al cura, ya que no podían dejar de pensar el uno en el otro, y en la vida que les esperaba juntos.

-Yo, Juan Pedro Lanzani, te tomo a tí Mariana Espósito, para amarte y respetarte, para cuidarte y serte fiel, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe-le puso su alianza.

-Yo, Mariana Espósito, te tomo a tí Juan Pedro Lanzani, para amarte y respetarte, para cuidarte y serte fiel, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe-realizó el mismo procedimiento.

No podían dejar de sonreír mirándose a los ojos.

-Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Yo os declaro marido y mujer.

Peter se abalanzó sobre Lali, besándola como si no hubiera un mañana, mientras le agarraba la cara con las dos manos.

-¡Viva los novios!-gritó Stefano.

-¡Viva!-respondió toda la iglesia al unísono.