martes, 8 de julio de 2014

Novela: "Amor Prohibido"

Capítulo 39



Los días juntos les pasaban volando, a pesar de la pesadez de la rutina y de que apenas se veían si no era a la hora de comer o cenar, el amor que ambos se tenían podía superar todo lo malo. Lali ya estaba de siete meses, con una barriga que ya era más grande que ella y con náuseas y mareos como algo normal en su día a día. Pero, ni si quiera eso podía con su inmensa felicidad. En dos días sería la graduación de Peter, donde obtendría el título universitario de criminología forense, con especialización en el área policiala. Había obtenido unas altas calificaciones a pesar de que a penas tenía tiempo para estudiar, siendo unas de las más altas de la universidad de Forks. 

Peter y Lali salieron a comprar las últimas cosas para la llegada de los bebés, ya que sólo quedaban dos meses para su nacimiento. 

-¿Has cerrado bien la puerta?-preguntó Lali mientras iban hacia el coche y revisaba su móvil.

-Sí, mamá.

-Bien-le sacó la lengua. 

Estaban a punto de subir al coche cuando Lali se quedó mirando a un punto fijo, asustada. Peter miró rápidamente donde Lali miraba y cerró la puerta del coche con rabia, dirigiéndose a esa dirección. Lali corrió tras él, percatándose de que no pasara ningún coche antes de cruzar la carretera, cosa que Peter no había comprobado.

-¡¿Qué mierda estas haciendo aquí?!-le empujó. Él levantó las manos, en "son de paz",

-Eh, yo también me alegro de volver a veros pareja. Veo que ya te queda poco para ser madre-musitó observando el vientre de Lali. Ella se llevó las manos ahí, acariciándolo.

-¿Qué demonios quieres Benjamín?-preguntó detrás de Peter, intentando mostrarse serena.

-¿Qué pasa que tengo que querer algo para hacer una visita a mi ex pareja? simplemente quería ver que tal os iba todo, ya que no contestaste a mi mensaje.

-¿Qué mensaje? ¿de qué hablas?-frunció el ceño

-¡Cállate!-le gritó Peter.

-Oh, ya veo lo que pasa, tu maridito se metió en tu cuenta y te lo ocultó, ¿no es así?-Lali miró a Peter extrañada.

-¡Que te calles, joder! escúchame hijo de puta-advirtió señalándole con el dedo-no se que mierda haces aquí ni que mierda pretendes conseguir, pero te juro que como vuelva a verte acercarte a mí o a mi familia te vas a arrepentir. Vámonos-musitó seco y Lali le siguió.

-¡Me alegro de que todo os vaya bien!-Peter apretó los puños con fuerza, clavándose las uñas en la palma de la mano, intentando reprimir sus ganas de pegarle una paliza.

-¡Pit! ¡Peter!-él se detuvo en la puerta de su coche y se giró hacia ella- ¿me puedes decir de que mensaje hablaba?

-¿Puedes entrar al coche por favor? ¿Podemos hablar en otro lugar?-Lali simplemente entró al coche, en silencio. Peter arrancó y paró frente a la tienda donde iban a comprar, bien lejos de su casa, y de donde habían visto a Benjamín. 

-Antes de que digas nada-prosiguió Peter- no te dije nada para no preocuparte, sé como eres con el tema de Benjamín y con el embarazo y todo no quería...

-¿Y no es para preocuparse Peter?-elevó su tono de voz-¡mira donde ha aparecido! ¡aquí, en Forks, frente a nuestra casa! Ha venido desde Houston a propósito ¿para qué?  y sabía donde vivimos, nos tiene localizados. ¡Ese tipo esta loco por dios! ¿pretendías ocultármelo siempre?

-Cálmate La, por favor, yo sólo quería evitar que te pusieras así-intentó tocarla y ella le apartó.

-¿Y qué? ¿Pensabas que él viendo que no contestábamos iba a parar y se iba a quedar en casa? No, Peter, no. Y ¿qué hacías mirando mi correo y borrándome el mensaje? ¡es MI correo, no tienes ningún derecho y mucho menos de ocultármelo!

-Cálmate, por favor... -le pidió con los ojos vidriosos- ¿Lali? ¿mi amor? ¡ayuda, por favor, necesito una ambulancia!


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