Capítulo 48
En un abrir y cerrar de ojos, ya estaban de camino al
hospital. Peter agarró una bolsa con todo lo necesario para llevarse al
hospital y ropa para Lali y los bebés. Agarraron el coche de Lali y montaron
los cuatro, camino al hospital.
-Voy a avisar a tu madre-dijo Euge y Lali asintió.
Conversación
telefónica.
-Hola, sí, te llamo
para decirte que Lali ha roto aguas. Sí, se le ha adelantado un mes, lo sé, Peter
está demasiado nervioso para ponerse, de acuerdo, no te preocupes nosotros te
vamos avisando. Vale, un beso.
-Se ha puesto algo triste porque teníais hablado que
vinieran el mes que viene a vuestra casa y os ayudaran con el tema del parto y
todo. Para hoy no puede venir pero dice que mañana coge el primer vuelo que
haya-Lali asintió. Sólo asentía, en el asiento de atrás, mientras respiraba
profundamente repetidas veces, agarrada a la mano de Peter.
Cuando llegaron al hospital, la pusieron en una silla de
ruedas hasta que un médico la atendió, y la entraron a una habitación, para que
se tumbara en una camilla.
-Veamos, ¿cada cuanto tiempo tienes contracciones?
-Cada… ¿10? Quizá 5, no sé, cada vez son más fuertes y más
seguidas-dijo haciendo una mueca de dolor.
-Entonces es buena señal-le sonrió-vamos a ver cuánto has
dilatado-musitó mientras se ponía los guantes.
-Pero doctor, a ella le tocaba dentro de un mes, ¿no ocurre
nada?
-Hay veces que por sufrir distintas emociones o cualquier
situación el parto se adelanta, ya puede ser días, semanas o meses, hubiera
sido preocupante si llega a ser meses antes, pero con tan sólo un mes de
antelación no hay ningún problema, veamos-el médico se arremangó y comprobó la
dilatación de Lali.-Estás en unos 6 centímetros, y tienes que llegar hasta
10-Lali abrió los ojos como platos.
-¿Qué? Oh, dios mío, no sé si voy a poder-tiró la cabeza
para atrás.
-Claro que vas a poder, ya te queda nada-le dio unos
pequeños golpecitos en la pierna-en un ratito vuelvo.
Para ambos, ese fue el día más largo de sus vidas, sobre
todo para Lali. Pensaban que nunca llegaría el momento, hasta que llegó. Lali
se encontraba tumbada, en la camilla, rodeada de médicos y con Peter al lado,
alentándola.
-Vamos mi amor, ya queda poco, tú puedes-le apretaba la
mano. Lali estaba empapada en sudor, respirando profundamente. Empujó con todas
sus fuerzas.
-Mira papá-le dijo la matrona-aquí viene el primero,
asómate-Peter hizo lo dicho y vio la cabeza de su primer hijo, Peter Lanzani
Espósito. Un par de lágrimas cayeron por su rostro.
Un par de minutos después
llegó el segundo, Ismael. Le dejaron cortar el cordón umbilical y él lo hizo
encantado.
Media hora más tarde, Euge y Pablo entraron a verlos,
después de que limpiaran a los bebés y los vistieran. Lali tenía en brazos a
uno, y Peter a otro. Se observaba una estampa familiar preciosa. También entró a visitarlos el padre de Peter,
y una cantidad de amigos y conocidos.
Sin duda para los dos, ese fue el día más emotivo e
importante de sus vidas, un día que jamás olvidarían y que siempre recordarían
como el más bonito. Una experiencia inolvidable para ambos. Ahora sí, empezaba
una nueva vida para ellos, con dos personas más en su familia, rodeadas de paz
y de amor.
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